Ilustraciones:
http://www.ilustracionesmonicaesjaita.blogspot.com/

"Impronta al Oprovio"
óleo sobre tela
50 cm x 70 cm
50 cm x 70 cm
Virgen de la Soledad. Aquí, en este encierro, detrás de estos muros clandestinos, nunca es suficiente la eternidad, porque nunca ocurre todo lo que puede ocurrir. Nada pasa. Nada empieza a pasar. No hay aire detrás de lo que se mueve. El tiempo no deja huella. Ahora es como será siempre. No importa hacia dónde mire, toda parte parece ninguna parte.
Escapar. Sí, escapar, pero hacia dónde. No me detiene el veneno de la cobardía sino el escalofrío de la incertidumbre.
No escucho gritos ni promesas. Si me lo propongo, por encima de la silenciosa rutina, sólo escucho mis propias mentiras y los extravagantes y poco confiables consejos de la noche. Cuando me lo propongo, digo, logro creer que la noche soborna mis sentidos y me cuenta qué hay más allá.
Dice, o digo, que no muy lejos de aquí, pero lejos de estos escombros de vida, en alguna dirección, hay hombres cargados de razones, con ideas después de otras ideas. También dice que hay mujeres con besos menos desalentados y con manos mucho más complacientes, capaces de preparar ungüentos para las heridas y de transformar la urgencia de sus amantes.
Ya amanece. Alguien viene. Creo que son los hombres, los mismos hombres. (Carlos Costa - www.flenning.blogspot.com)
Escapar. Sí, escapar, pero hacia dónde. No me detiene el veneno de la cobardía sino el escalofrío de la incertidumbre.
No escucho gritos ni promesas. Si me lo propongo, por encima de la silenciosa rutina, sólo escucho mis propias mentiras y los extravagantes y poco confiables consejos de la noche. Cuando me lo propongo, digo, logro creer que la noche soborna mis sentidos y me cuenta qué hay más allá.
Dice, o digo, que no muy lejos de aquí, pero lejos de estos escombros de vida, en alguna dirección, hay hombres cargados de razones, con ideas después de otras ideas. También dice que hay mujeres con besos menos desalentados y con manos mucho más complacientes, capaces de preparar ungüentos para las heridas y de transformar la urgencia de sus amantes.
Ya amanece. Alguien viene. Creo que son los hombres, los mismos hombres. (Carlos Costa - www.flenning.blogspot.com)
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